Yo suelo decir que tengo 2 vidas: mi
vida anterior al diagnóstico y mi vida posterior. Y, ¿por qué?
Porque no tienen nada que ver la una con la otra.
Antes de recibir el diagnóstico las
personas tenemos nuestra vida, unos habrán vivido mejor que otros,
habrán tenido más experiencias e incluso algunos puede que hayan
vivido alguna situación límite. En todo caso, cuando el autismo
llama a tu puerta ya nunca vuelve a ser lo mismo.
Cambias como persona, cambias el sentido de tu vida, cambias tus prioridades y ves las cosas de forma totalmente distinta.
Cambias como persona, cambias el sentido de tu vida, cambias tus prioridades y ves las cosas de forma totalmente distinta.
Yo antes tenía una vida considerada
socialmente como normal. Tenía mi trabajo, mi casa, mis
preocupaciones (ahora me río de éstas), una vida social bastante
activa, mis horas de descanso y relax, mi agenda de ocio y bienestar
propio, money para mis caprichos, como irme de compras o de cañas o
de cena con mi gente. Incluso podía disfrutar de vacaciones. Lo que
vienen siendo los derechos de toda persona.
Pues todas y cada una de estas cosas se
esfumaron. Perdí absolutamente todo lo descrito anteriormente,
excepto las preocupaciones y obligaciones, que se han convertido en
una cifra de muchos ceros.
Y lo cambié por tener que salir de
mi casa, no poder acceder al mercado laboral ni siquiera asomarme a
él, que mi coche (poco de vida le queda al pobre) se haya convertido
en una especie de taxi para ir a terapias y demás historias, que las
palabras descanso y relax sean desconocidas para mí, que final de
mes sea el día 10 así que Susana olvídate de compras, a no ser que
sea en un supermercado y para comer y últimamente ni eso. Y, si
algún día veo por casualidad una camisa que me gusta (aparcando,
por ejemplo), que prefiera comprarle un juguete que necesita mi hijo,
si puedo, antes que salir mona a la calle. Que total, para ir a
recogerlo a la escuela, ir a terapias o al parque tampoco hace falta
ir de Chanel.
Por otro lado pasas más horas
hablando con profesionales y otras mamás como tú que con tus
amigas. El hecho de tomarte un café con ellas requiere de más
preparación que la que hacías antes para una nochevieja. Cambias
esos momentos que antes tenías de relax por formarte e informarte
sobre autismo, el ratito de ver la tele por la noche por hacer
materiales y leer hasta las tantas de la madrugada.
Pero es que ese formarte e informarte
también supone un gasto económico y cuando hay una persona con
autismo en casa tienes que adaptarlo todo. Y esas adaptaciones
suponen de unos materiales que también lo valen, unas app´s
específicas que también lo valen, unas terapias que también lo
valen.....y así seguiría hasta mañana.
Si eres un poco apañada, pues vas
haciendo cosas “caseras” pero, a parte de invertir mucho tiempo,
también, aunque menos que compradas, hay una inversión económica.
Vamos, que lo que no sé es como no
nos cobran por respirar (no lo quiero decir muy alto a ver si a los
dirigentes de este país se le alumbra la bombilla y nos cobran por
eso también).
Si tienes mucho apoyo puede ser que
salgas del paso airosa, pero como no lo tengas ya vas bien. Vas a ver
como a tu hijo le faltan cosas de primera necesidad que no vas a
poder pagar. Como unas terapias imprescindibles para ayudarle a comer
por su trastorno con la alimentación. Y comer es primera necesidad y
no está cubierta. La mamá no puede trabajar porque su hijo no puede
quedarse en el comedor porque no come. Quien quiera que lo entienda y
quien no que se informe, para yo tener que recoger a mi hijo a las 5
de la tarde sin comer hace falta que venga una legión frente a mí,
y así y todo seguro que ganaría, puesto que a mi hijo nadie,
absolutamente nadie lo va a fastidiar más.
Entonces, la situación va
empeorando, porque si, encima es que va empeorando, te mandan a un
lugar dónde va la gente a pedir auxilio. Y a mí pedir me produce
una especie de nudo estomacal, cual alien mordiéndote en el centro
del esófago. Pero tienes que ir. Y explicas la situación pero no se
acaba de entender, tienes que explicar qué es el TEA y el TPS y las
caras son poco menos de estar hablando un idioma hindú.
Así que tu orgullo se va más lejos
que a China y te sientes parecida a una exconvicta pidiendo
resinserción. Y yo no he estado en la cárcel, no he hecho nada malo
para tener que estar soportando día si día también situaciones que
rozan la humillación personal.
Nuestro futuro es bastante negro
ahora mismo, lo bueno es que nos tenemos el uno al otro y a esta mamá
le quedan aún llevarse unos cuantos palos más para tumbarla, pero
si alguien lee ésto que sepa que el autismo no es negativo, tal cuál
dije en la presentación de este blog, lo negativo es todo lo que le
rodea, a las situaciones que nos hacen llegar. Que no hay conciencia
pública de este impacto que genera a las familias. Y si eres
responsable de algo que pertañe a Marc, seas quien seas, espero que
duermas con la conciencia bien tranquila, puesto que yo no podría. Y
a los que mandan allá arriba en sus nubes doradas, que sigan
rescatando bancos e invirtiendo en gilipolleces varias que no son
primera necesidad, aunque claro, aquí, los de abajo, molestamos
porque somos un problema.
Y si, el autismo es para ricos,
porque no le faltaría de nada, aunque igual tendría 100 terapeutas
para él, la mejor tecnología y una casa totalmente adaptada, quizá
le faltaría lo más importante, y es una persona dedicada las 24
horas del día y dejándose la piel por él con mucho orgullo.
Totalmente cierto... aunque los que vivimos en una ciudad pequeña no tenemos ese problema, sencillamente no hay profesionales especializados a los que acudir. Pedí información a alguna fundación cuyo método se qué funciona (método lovaas) y se me iría el sueldo sólo con un día que vengan al mes a hacer consultoría... cuando fantaseo con mi marido de qué haría si me tocara la lotería siempre decimos que buscaríamos el mejor centro del mundo para el autismo y nos iríamos allí a vivir.
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