TECNOLOGÍAS PARA UN PROGRAMA DE 4º MILENIO

 Las nuevas tecnologías ayudan mucho tanto en las terapias como en la vida diaria de las personas con autismo. Hay muchas app´s, computadoras, adaptadores, etc, que pueden facilitar el proceso de aprendizaje. Pero hay que saber escoger bien, ya que si lo hacemos podemos adelantar muchos pasos con ellas.

Ahora bien, estas últimas semanas he conocido dos que me han dejado perpleja, anonadada, estupefacta. Vamos, que no salgo de mi asombro.

 La primera es un robot, que pretende actuar de intermediario entre el niño y el terapeuta. Y aquí me surgen serias dudas.

-Si hay un terapeuta, ¿para qué necesitamos el robot?

-¿Será porque el terapeuta no sabe interactuar con el niño?

-¿Será para hacer sesión de juego por turnos de 3 “personas”?

-¿Qué “intermedia” exactamente?

Y por coherencia más que nada, porque podría ser que a mí se me escapasen cosas, ya que soy una simple madre, pero lo más importante es:

-¿CÓMO NACERÁ LA EMPATÍA ENTRE EL ROBOT Y EL NIÑO?

-¿CÓMO SE TRABAJARÁ EL DÉFICIT SOCIAL?

2 carencias en los tea que no hace falta tener 20 másters y 10 doctorados para saber que son las más importantes. También podría empatizar con la madre y que limpiara la casa o recogiera los juguetes, eso si lo veo funcional. Pero ahí no queda la cosa...

Luego aparece, citado en un reconocido congreso, el “AUTISTÓMETRO”. Ahí es nada.

Pero no nos deleitaron con mostrarnos el aparato. Simplemente se nombró.

Y como yo visualizo muy rápido, pues me imagino una especie de termómetro para diagnosticar el grado de autismo de una persona, más o menos.

Tendrá colores, según más severo será más rojo, numeritos, a más números peor está el asunto o algo así.

Y como los termómetros se pueden poner en varias partes del cuerpo para detectar la fiebre digo yo que éste se lo pondrá el iluminado de turno que lo quiere patentar, para detectar el grado. Y se me ocurre que la mejor forma sería vía rectal.

En fin, que cuidado lo que vendemos y cuidado lo que compramos.